Viejos aficionados
Jorge Arturo Díaz Reyes
Envejecer es alejarse poco a poco.
Irse
haciendo pasado,
extrañando
el entorno que cambia sin espera.
Ir
perdiendo rostros, costumbres, lugares.
Habitando
el recuerdo más que la ilusión.
Atesorando
más que ambicionando.
Añorando
el ayer, contrariando el presente.
Protestando
su paso…
Sintiendo,
sin poder evitarlo,
cómo
desaparecen personajes del drama
que con
otras voces y otros ámbitos ya nunca será el mismo.
Esto, que antes era plaza de toros, ya no es plaza, ni es de toros,
ni esta esquina es ya mi esquina.
Se va
uno, se va otro, noticia, obituario, funeral
y
adelante,
siempre
adelante, que no pasa nada.
Pero sí
pasa. Nos pasa.
Los
viejos aficionados continuamos, diezmando,
cada vez menos,
cada vez más dolidos…
Compañeros
de siempre,
perdidos
para siempre,
ausentes
por siempre,
lamentados
hasta siempre…